A comienzos de julio del 2013, cuando el Presidente de Bolivia, Evo Morales, se disponía a retornar a su país después de la Cumbre de los Países Exportadores de Gas en Moscú, su avión presidencial fue desviado a Viena en Austria para un requiso inesperado, después de que Francia, España, Portugal, e Italia se negaran a dejarlo pasar por sus espacios aéreos, según Reuters.
Habían circulado falsos rumores de que el avión presidencial cargaba al ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, Edward Snowden, quien más temprano en el año había divulgado información secreta acerca del espionaje de millones de civiles por el gobierno de los Estados Unidos.
El Presidente Morales culpó a los Estados Unidos de haber presionado a los países Europeos para que le negaran el paso libre, y recordó a esas naciones que ya había pasado el tiempo del imperialismo. Tras haber ofrecido asilo político a Snowden en Bolivia y sabiendo que el Presidente Morales no era muy amigo a la política de los Estados Unidos, era solo cuestión de tiempo de que los Estados Unidos y sus aliados rompieran normas de cortesía internacionales.
El gobierno de Bolivia presentará una queja ante la ONU y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, contra los países Europeos, más los Estados Unidos ha recibido la crítica más profunda de parte de los gobiernos latinoamericanos (que aparte de Colombia que es un aliado militar, no tenían una disposición positiva hacia los E.E.U.U. para empezar).
Aunque naciones como Colombia, Brazil y Chile, y naciones de Centro América, históricamente han mantenido relaciones amigables con los E.E.U.U, Varios otros países de Latinoamérica, entre ellos Venezuela, Ecuador, Argentina, Uruguay, Perú y Cuba, se urgieron en sus cimientes después del vergonzoso episodio y una vez más se unieron en su repudio contra los E.E.U.U.
En septiembre, la presidenta de Brazil, Dilma Rousseff, canceló su visita estatal a los E.E.U.U. debido a las revelaciones de que la NSA espiaba las comunicaciones personales entre Rousseff y sus auxiliares, según Reuters. Funcionarios estadounidenses dijeron que la vigilancia buscaba presunta actividad terrorista y no se había entrometido en las comunicaciones personales. La semana pasada, Rousseff lanzó una declaración que las relaciones entre los dos países no van a sufrir a pesar de que la Casa Blanca no ha emitido una disculpa a la presidenta brasileña.
Al paso de las décadas, las ofensas se han ido acumulando y la opinión popular de que “Estados Unidos se mete en todo” fue reforzada aún más con el Incidente de Snowden. No solo se ha ofendido a un país singular sino que casi toda la mitad del continente americano se encuentra con más motivos de sacar toda influencia de los E.E.U.U. de sus países. La mayoría de divulgaciones en varios sitios de la web insisten que Estados Unidos no estaba en el derecho de invadir propiedad bajo jurisdicción Boliviana, implicando que así hubiera estado Snowden en el avión, los agentes no tenían el derecho de extraditarlo.
Hay unas cantidades de reportajes cubriendo este evento, pero no todos concuerdan. Algunos dicen que ni Francia ni Portugal negaron acceso aéreo, mientras que muchos lo contrarían. Otros dicen que Morales le extendió la mano a Snowden mientras que otros notan que el supuesto transgresor nunca había aplicado oficialmente por asilo político en Bolivia.
Cualquiera que haya sido la verdad, el caso es que un avión presidencial fue detenido por un mínimo de 13 horas en un país extranjero en busca de una persona que solo representa una amenaza para un país que se encuentra a este lado del mar Atlántico; así ciertas leyes fueron injustamente infringidas y al haberlas sido hubieron muchas personas enfurecidas.
Muchos latinos lo comparan a una cachetada en la cara de América Latina, y algunos también lo toman como un acto de agresión, entre aquellos la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien llamó este incidente “una humillación para una nación hermana, y para el continente Sur Americano.”