Si vas a la escuela y obtienes buenas notas, puedes ir a la Universidad. Éste es un mantra que los estudiantes oyen una y otra vez en la escuela superior. Para algunos estudiantes creciendo en Carolina del Norte, las cosas no son tan simples. De acuerdo al Centro Nacional de Inmigración Legal, “sólo entre 5 y 10 por ciento de los jóvenes indocumentados que se gradúan de colegio van a la universidad, comparado con el 75 por ciento de sus compañeros de clase”.
Es por los jóvenes indocumentados que Emilio Vicente y Pablo Friedmann empezaron la campaña Un Estado, Una Tarifa en UNC Chapel Hill, que advoca por una tarifa de estudiante dentro del estado para estudiantes indocumentados en Carolina del Norte que cumple con el requisito de la residencia. El 17 de Septiembre, la campaña dio una conferencia de prensa en UNC-Chapel Hill y llevó las peticiones al rector. Desde que la campaña empezó hace dos semanas, la historia ha sido transmitida en medios en español e inglés, y estuvo en los titulares del Huffington Post.
La cuestión no es si los estudiantes latinos de pocos ingresos quieren ir a la Universidad; es el hecho que no pueden darse el lujo. “Action for Children in North Carolina” estiman que en 2008, la media de ingresos de familias latinas inscritos en escuelas públicas fue $31,621 comparado con los $53,000 para el resto de sus compañeros. 73% de los estudiantes latinos viven en familias con bajos ingresos, en oposición con el 43% del resto de los estudiantes. Para los estudiantes fuera del estado y para indocumentados residentes en NC, el coste en N.C. State es de $21,661 al año.
Debido a su status de indocumentados, estos estudiantes no son elegibles para recibir ayuda financiera por parte del estado en la forma de subvenciones o préstamos. Más allá, muchas becas privadas requieres prueba legal de la residencia en los Estados Unidos. Para estos estudiantes, el coste imposible de estudiar en N.C. State u otra universidad del sistema de UNC como estudiante de otro estado o sin ayuda financiera termina por destruir el sueño de perseguir una educación mayor.
Emilio Vicente, uno de los fundadores de la campaña, se considera muy afortunado por poder estudiar en UNC-Chapel Hill. “Debería de ser accesible para los estudiantes latinos y por eso es que estamos haciendo la campaña, queremos hacer que UNC y otras universidades increíbles sean accesibles para otros indocumentados.
Pablo Friedmann trabaja con estudiantes todos los días como profesor de matemáticas, consejero y especialista en la prevención del abandono. En el Daily Tar Heel, escribe que sabe de “numerosos estudiantes talentosos, cuyos sueños de continuar su educación mayor se han quedado cortos por el triste hecho de que serían cobrados como estudiantes fuera del estado, un problema financiero imposible para sus familias”.
Como una subvención fundada principalmente por el estado, salta la pregunta, ¿Debería N.C. State permitir que los estudiantes indocumentados puedan estudiar en la Universidad? Actualmente,las guías por el sistema de UNC en la admisión de indocumentados tiene 5 limitaciones, la más importante siendo que un indocumentado sólo puede ser considerado para la admisión si se graduó de una escuela en los Estados Unidos. Las limitaciones añaden que los estudiantes no pueden recibir ayuda financiera o pueden ser considerados por tarifas de dentro del estado.
Temprano este año, la Asamblea General propuso la petición de ley 904, que cambiaría la política para permitir a estudiantes indocumentados calificados a recibir tarifas de residentes del estado. Desde que fue propuesto por el comité, esta ley no ha vuelto a ser discutida en la Asamblea General.
Sería de gran ventaja para las universidades del sistema de UNC que cambiaran su política para los requisites de la residencia, si solo estos estudiantes pudieran cumplir los requisites de admisión, ellos podrían darse el costo de atender a la universidad más fácilmente. Si se graduaran, estos estudiantes indocumentados podrían tener la oportunidad de ser contratados por una compañía en los Estados Unidos, lo cual podría ayudarlos a crear un camino para conseguir la nacionalidad legalmente.
Para muchos de estos estudiantes, sus carreras académicas son cruelmente cortadas, no por la falta de talento, sino por razones económicas. La campaña Un Estado, Una Tarifa, si es aplicada en otras escuelas del sistema de UNC, tendría el potencial de cambiar las políticas estatales y podría facilitar que los estudiantes indocumentados continúen su educación. “Con suerte alguien en las otras escuelas del sistema de UNC estén prestando atención y algo cambiará en sus campus”, dijo Vicente. “Al final del día, tendrá que pasar por el proceso legislativo”.
Students hand deliver petitions to UNC Chancellor's office.
Estudiantes entregan peticiones a mano a la oficina de la rectora de UNC.