Los amigos latinos de John Redlin le llaman Juan, el equivalente de su nombre inglés. El estudiante de español habla el idioma con interjecciones de jerga mexicana, su novia es Peruana y se ofrece voluntariamente en eventos de la comunidad hispana.
Redlin, un norteamericano, dijo que sus conexiones a la comunidad latina de Raleigh han enriquecido su experiencia como un estudiante con una carrera de español, pero en el pasado, su educación del castellano se limitó a los estudios de la literatura.
En el año pasado, Shelley Garrigan, una profesora de española, dijo que se recuerde a estudiantes pidiendo oportunidades para practicar su español fuera de la clase. Garrigan y instructor de español, James McConnell, empezaron un programa para estudiantes de español para practicar sus habilidades comunicativas con hablantes nativos mientras involucrándose en servicio comunitario. Lo llaman VOLAR, Voluntarios Ahora en Raleigh.
“Esto fue el producto de requisitos estudiantiles, y estaba cansada de no tener una razón viable para los estudiantes que quisieran practicar su conversación de español,” dijo Garrigan. “Noté cuántas oportunidades de alcance local y el aumento en la población hispana. Me pareció que podríamos tener un impacto positivo — podríamos persuadir estudiantes a practicar español y servir a la comunidad.”
VOLAR ha reclutado estudiantes de español con conocimiento suficiente para conversar con inmigrantes latinos y hispanohablantes nativos, y estudiantes trabajan como traductores o voluntarios para organizaciones de servicio y otras agencias que ya existen.
“Estamos aquí solamente para ayudar y beneficiar a la comunidad,” dijo Garrigan. “Todas las asociaciones son bien establecidas en Raleigh, entonces no tenemos que reinventar el sistema.”
Garrigan llama a los proyectos como VOLAR la “pieza que falta” de la educación del castellano, y Redlin dijo que la oportunidad compite con los estudios al extranjero.
“En muchas clases, no tenemos la oportunidad de interactuar con mucha gente de Latinoamérica,” dijo Redlin. “Estudié en Cuernavaca, México, pero a veces pienso, ‘¿Por qué ir a estudiar de intercambio cuando puedes empezar aquí en Carolina del Norte?”
Redlin y Shannon Vought, estudiantes del último año de español y sociología, son representante estudiantiles de VOLAR, y según Vought, VOLAR es más que la práctica del español, sino conectarse con la comunidad hispana.
“Cuándo vas a ofrecerte como voluntario, no te sientes como si estuvieras aprovechándote de la gente como si fueran herramientas para practicar el español, sino que estás haciendo una diferencia en la comunidad,” dijo Vought. “Me encanta aprender de la cultura y sus luchas, y aunque pienso que muchos de los inmigrantes con los que trabajamos tienen una mejor vida en los Estados Unidos, esta vida es más dura. Pero como estudiantes universitarios, creo que podemos ponernos en los zapatos de la gente con la que trabajamos más fácilmente.”
Garrigan dijo que hay muchos servicios para latinos en la comunidad, pero las necesidades siguen siendo grandes. No importa el evento, siempre hay demanda de voluntarios, según Garrigan.
La comunidad hispana del estado ha experimentado el mayor crecimiento de los E.U. entre 1990 y 2000, con un incremento de 397 por ciento, según el North Carolina Language and Life Project. Este auge no se relaciona solamente con la inmigración: según la Oficina del Gobernador, los nacimientos nativos de gente de herencia latina han superado las tasa de inmigración al estado.
La afluencia no solo provocó al gobierno mexicano abrir un consulado a tiempo-completo en Raleigh, pero también promovió más que 100 organizaciones de servicio latino en el estado, que se encuentran en su mayoría en la Ciudad de Robles.
Vought dijo que los servicios que VOLAR provee no son solo para los latinos, sino es algo recíproco.
“Mientras más nos involucramos, hay un beneficio mutuo,” dijo Vought. “En cierta manera, es simbiótico. Todos nosotros impactamos, el uno al otro.”