Latina.
Siendo sincera, nunca había hecho uso de la palabra hasta hace dos años, cuando decidí mudarme a los Estados Unidos para continuar con mis estudios universitarios.
Hasta ese momento no había la necesidad, puesto a que vivía en un lugar donde la mayoría de la población compartía una misma característica, ser Latino. Sin embargo, aquello cambió el día en que salí de Ecuador, mi hogar.
No me malinterpreten, el hecho de utilizar esta palabra para describirme no es algo malo. Más bien, cada vez que hago uso de la misma, siento orgullo corriendo por mis venas porque estoy haciendo referencia a mi país, a mi cultura y a una parte importante de mi identidad.
Esto no hubiera sucedido si no me encontrara en un país distinto al mío.
Por ende, vivir en otro país ha hecho que descubra lo orgullosa que estoy de mi origen étnico, cultura y herencia ecuatoriana. Incluso, me atrevo a decir, que el hecho de vivir en Estados Unidos me ha permitido conectar con mi cultura de una manera que no hubiera imaginado de lo contrario.
Desde que me mude, he podido compartir aspectos y tradiciones de mi cultura que son importantes para mi. Por ejemplo, en mi primer año universitario, invité a algunos amigos a comer un plato tradicional ecuatoriano: patacones con queso. El hecho de cocinar y compartir este plato típico de mi país con mi nueva comunidad me hizo sentir orgullosa de donde vengo, de ser ecuatoriana, de ser latina.
No voy a negar que en el transcurso de estos dos años ha sido difícil conservar aspectos de mi cultura, especialmente porque el lenguaje y tradiciones son diferentes y me he tenido que adaptar a este nuevo ambiente.
Incluso, con respecto al lenguaje, han habido momentos en los que he sentido que voy perdiendo esta parte especifica de mi herencia hispana y latina. Escribir esta columna en español, por ejemplo, me ha hecho darme cuenta que hay ciertas palabras que no recuerdo — por lo que ya no se me hace tan fácil escribir en mi idioma nativo.
Sin embargo, a pesar que no ha sido fácil preservar mi cultura en un lugar donde no se celebran las mismas tradiciones, no se come lo mismo y no se habla el mismo idioma; he encontrado una manera para conservar y celebrar mi herencia día a día.
Primeramente, mantener el contacto con mis familiares y amigos que viven en mi país ha sido una de las cosas que me ha ayudado a conservar una conexión cultural con mi país. Hablar con mi mamá, mis abuelos y mi tía en mi lengua natal, me hace sentir que no he perdido ese nexo con mi comunidad. Pese a estar lejos de mi familia geográficamente, son ellos los que me ayudan a mantener mi cultura viva.
No soy la única que piensa lo mismo.
“Mis padres se han encargado de preservar la cultura …,” dijo Cindy Argueta, estudiante de cuarto año en la carrera de nutrición. “Creo que la parte más importante es el idioma, en mi casa siempre se habla en español, … nunca se anda con inglés y creo que es una parte muy importante para mi porque mis abuelas, mis tías, y todos ellos digamos hablan español y así es más fácil comunicarme con ellos.”
Otro aspecto importante que me ayuda a preservar mi herencia cultural es compartiéndola con otros. La mejor manera de mantener mi cultura viva es transmitiendo aspectos que la hacen única con miembros de otras comunidades.
Jennifer De Leon, estudiante de tercer año en la carrera de historia y actual presidente de Mi Familia en NC State dijo que la cultura se mantiene al poderla compartir con otros.
“A mi me encanta compartir,” De Leon dijo. “Creanlo o no, parte del orgullo hispano es reconocer que hay otros hispanos que tienen las mismas costumbres que compartir. Siempre estamos en familia y pues yo trato, [con] los que me dejan, compartir [en] familia.”
La herencia cultural de cada país es única, por ende compartirla es importante. El Mes de Herencia Latine/Hispana, por lo tanto, tiene un valor muy importante en nuestra comunidad universitaria puesto a que no solo nos permite celebrar los logros, las historias, las tradiciones y la diversidad cultural de nuestros países, sino que nos permite recordar.
Para mi gente, recordar a nuestros ancestros, recordar de dónde venimos y recordar nuestra cultura vive dentro de nosotros todos los días — en la música que escuchamos, la comida que preparamos, la forma de comunicarnos y mucho más.
“Necesariamente no creo que este mes solo debería de ser entre mes de Septiembre y mes de Octubre,” De Leon dijo. “Preservar la cultura para uno es [de] todos los días.”
Es por eso que yo siempre, no solo durante este mes, estoy orgullosa de decir que soy latina y resaltar la cultura de donde vengo.
Todos los días mediante pequeñas acciones como hablar en español con mis amigos, o escuchar salsa, merengue y reggaeton me hace darme cuenta que de alguna forma, a pesar de haberme ido de Ecuador, mi cultura sigue y seguirá presente en mi.
